En el corazón de Les Fonts, una de las zonas residenciales más tranquilas y bien comunicadas del Vallès, se alza este distinguido palacete de 1953. Una propiedad única, donde la elegancia atemporal convive con el confort contemporáneo, ofreciendo un estilo de vida exclusivo a solo unos minutos de Barcelona.
Desde el primer momento, la arquitectura clásica de esta residencia transmite solidez, historia y distinción. Conserva su esencia original, con elementos nobles que han sido cuidadosamente preservados, pero incorpora las mejoras necesarias para adaptarse a las necesidades actuales sin renunciar a su carácter. Rodeada por una parcela de casi 1.800 m², la vivienda queda resguardada en un entorno privado, donde un jardín exuberante envuelve la casa y da paso a rincones pensados para el disfrute: una piscina que invita a la calma, una fuente que aporta serenidad, un pozo que remite a tiempos pasados y una zona de barbacoa ideal para compartir momentos inolvidables.
El interior se despliega en tres plantas amplias y luminosas, con estancias que combinan funcionalidad y encanto. Unas impresionantes columnas nos dan la bienvenida a la vivienda con una cristalera que nos demuestra que estamos frente una pieza única. La cocina, con office y espacio de almacenaje, conecta con un comedor principal bañado por la luz natural, presidido por una gran chimenea que se convierte en el punto de reunión por excelencia. Las salas de estar permiten crear ambientes diferenciados para cada momento del día. En la planta superior, destaca un despacho con techos artesonados que habla del carácter único de esta casa, junto a cuatro dormitorios amplios y soleados, y tres baños que completan esta zona de descanso. La última planta alberga una sala polivalente con salida directa a una terraza con vistas despejadas, perfecta para desconectar y contemplar el entorno.
A tan solo unos pasos de la estación de tren de FGC y con acceso directo por carretera a Barcelona en menos de 20 minutos, esta propiedad representa una oportunidad singular: vivir rodeado de naturaleza, en un entorno tranquilo, sin renunciar a las ventajas de la vida urbana.